Según los antiguos, en el principio del mundo, toda la naturaleza era una mezcla uniforme llamada Caos. Los elementos estaban desordenados: el Sol no daba su luz, la tierra no estaba dependiendo en el espacio y el mar no tenía orillas. El frío y el calor, la sequía y la humedad, los cuerpos pesados y los ligeros se confundían y chocaban constantemente, hasta que un dios, quiso poner fin a esta lucha, separó el cielo de la tierra, los cuerpos pesados de los ligeros.. Una voluntad omnipotente plasmó el globo, formó los lagos y los ríos; ordenó a los árboles que se cubrieran de hojas y a las montañas que levantaran sus cimas. A partir de entonces los peces surcaron las aguas, los pájaros sobrevolaron los cielos, los cuadrúpedos habitaron la tierra y los astros brillaron en el firmamento.
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